La formación de la Alianza Atlántica atravesó varias fases. En 1947, franceses y británicos habían firmado el Tratado de Dunquerque teniendo aún como objetivo Alemania. En marzo 1948, tras el golpe de Praga y bajo el consejo norteamericano, se firma el Tratado de Bruselas firmado por Francia, Gran Bretaña y los países del Benelux. Por este tratado, ya claramente dirigido contra la amenaza soviética, nació la Unión Europea Occidental.
Los miembros de la OTAN son Bélgica, Canadá, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, España, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.
El Consejo Supremo, es el órgano supremo de dirección política de la Alianza. Tiene un Secretario General, portavoz de la Alianza, que tradicionalmente ha sido un europeo. El español Javier Solana ejerció ese cargo de 1995 a 1999. Los norteamericanos se han reservado siempre los altos cargos militares, esencialmente el SACEUR (Supreme Allied Commander in Europe).
El Tratado del Atlántico Norte, en sí mismo documento muy simple, se ajusta al espíritu de la Carta de las Naciones Unidas, de la que deriva su legitimidad.
En virtud del Tratado, los países miembros se comprometen a mantener y perfeccionar su capacidad de defensa, de manera individual y colectiva, como base de la planificación de defensa colectiva.
El artículo 5 es la clave del tratado y en caso de una agresión contra un estado miembro compromete a sus miembros a tomar las medidas necesarias "incluyendo el empleo de la fuerza armada para restablecer y asegurar la seguridad en la región del Atlántico Norte".
Durante la guerra fría y en el marco de la OTAN, los EE.UU. han mantenido una importante presencia militar en Europa.
La admisión de nuevos miembros en la Alianza está en consonancia con el Artículo 10 del Tratado, que establece que otros estados europeos en situación de promover los principios del Tratado y contribuir a la seguridad de la zona del Atlántico Norte pueden ser invitados a adherirse al Tratado. En 1999, tres antiguos miembros del Pacto de Varsovia, Polonia, la República Checa y Hungría se adhirieron a la Alianza. Les siguieron en el 2004 Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia.
La OTAN ha sido un éxito y ha sobrevivido al fin de la guerra fría. No obstante, el gran problema ulterior es redefinir sus objetivos en un mundo en el que ya no existe la amenaza que le hizo nacer.
La OTAN, tras el fin de la guerra fría, ha dado pasos para hacer frente a los nuevos desafíos militares. En abril del 2003 la OTAN acordó lídera la Fuerza Inernacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán -International Security Assistance Force- (ISAF).
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