jueves, 6 de septiembre de 2007
Links y Bibliografías
www.icarito.cl
www.conexioncuba.net
www.portalplanetasedna.com.ar
www.artehistoria.jcyl.es
www.youtube.com
Algunos videos relacionados con el tema:
http://www.youtube.com/watch?v=RMz1Igve2J8
http://www.youtube.com/watch?v=bU72vJGbTrM&mode=related&search=
http://www.youtube.com/watch?v=CFxLKcPptN8
http://www.youtube.com/watch?v=EbE_9MdASDE
http://www.youtube.com/watch?v=hSmpvtFJ9qA
LA CAÍDA DEL MURO DE BERLIN
El Muro de Berlín (en alemán Berliner Mauer), también denominado "El Muro de
Con la construcción del Muro de Berlín, surgieron dos países. En el oeste (República Federal de Alemania) y en el este (República Democrática Alemana), existían sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos y compromisos de alianzas diferentes. Los ciudadanos de ambos Estados disponían de pasaportes distintos, aunque según la concepción jurídica occidental, todos tenían la misma nacionalidad alemana. Durante la existencia del Muro, que fue de casi cuarenta años, muchas personas intentaron cruzar las fronteras por estar en desacuerdo con el régimen que les había sido impuesto. Los ciudadanos intentaron escapar de muchos modos: a través de túneles o saltando el muro desde ventanas cercanas. Algunos lograron salir, otros fueron encarcelados o murieron en el intento. En la década de los ochenta,
El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años más tarde de su construcción. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (el Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Varsovia (especialmente Praga y Varsovia) y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría.
Hacia el final de 1989 comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de
Los ciudadanos de
El 9 de noviembre, los berlineses llevaron a cabo la destrucción del muro con todos los medios a su disposición (picos, martillos, etc.). El virtuoso del violoncello Mstislav Rostropovitch, que había tenido que exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían.
Podemos concluir que hoy ya no hay Muro de Berlín. Pero sigue existiendo mucha injusticia y exclusión. Y siguen existiendo una serie de trabas mentales. Hay muchas personas que todavía tienen el Muro en la cabeza. Esperemos que los beneficios de la democracia, agregados al respeto a los Derechos Humanos y a la justicia hagan un Mundo más justo.
DISOLUCIÓN DE LA URSS
La descomposición de
1) Triunfo electoral de los grupos nacionalistas en las distintas repúblicas.
2) Éxito del populista Boris Yeltsin, político ruso opuesto a Gorbachov y defensor de rápidas reformas.
3) Derrumbe económico del país que arrastró en su caída las finanzas de los estados satélites de
En medio de un panorama caótico, las fuerzas conservadoras dieron un golpe de Estado en 1991. La oposición, tanto interna como externa, retornó a la vieja política comunista que determinó la definitiva descomposición de
El 7 de febrero de 1990 el Comité Central del Partido Comunista de
Las repúblicas constituyentes comenzaron a afirmar su soberanía nacional sobre Moscú y comenzaron "una guerra de leyes" con el gobierno central, en el cual los gobiernos de las república constituyentes rechazaron la legislación unitaria, donde esta entró en conflicto con leyes locales, afirmando el control de sus economías locales y rechazando pagar ingresos fiscales al gobierno central de Moscú. Esta lucha causó la dislocación económica, cuando las líneas de abastecimiento en la economía estuvieron rotas, e hicieron que la economía soviética disminuyera adelante.
El 17 de marzo de 1991, en un referéndum en toda
El 12 de junio de 1991, Yeltsin ganó el 57 % del voto popular en las elecciones democráticas para el puesto de presidente de
En su ambición de poder, Yeltsin jugó la carta rusa, y pese al papel histórico predominante de Rusia y los rusos en
Estos últimos meses de existencia de
Aunque la actitud de Gorbachov era diferente respecto a lo que a veces se llamaba el “imperio interior” de
PERESTROIKA
Perestroika (en ruso перестройка, reestructuración) fue un proceso de reforma basado en la reestructuración de la economía puesto en marcha en la Unión Soviética el 11 de marzo de 1985 por Mijaíl Gorbachov con el objetivo de reformar y preservar el sistema socialista, pues quería dar a la sociedad soviética un cierto espíritu de empresa e innovación. Este proceso, acompañado también de una cierta democratización de la vida política, trajo varias consecuencias a nivel económico y social que provocaron el fin de la era de Gorbachov y el colapso y desintegración de la URSS.
El mandato de Gorbachov inició un periodo de apertura política (perestroika) caracterizado por la puesta en marcha de un ambicioso plan de reformas:
- Ley de empresas del Estado: daba mayor autonomía a los directivos de las empresas públicas. Pese a sus buenas intenciones, en la práctica provocó la aparición de una corrupción creciente y la aparición de mercados negros.
- Glasnost, o claridad informativa: significaba el final del secretismo soviético y la censura de prensa.
- «Nuevo pensamiento» o retorno a la distensión con Estados Unidos, lo que tuvo como resultado la firma de importantes tratados de desarme.
- Rehabilitación política de significativos disidentes, como Andrei Sajarov
Su principal objetivo y en el cual estaban enfocados, era la deformación del sistema socialista a través de la flexibilización de economía y una democratización de la sociedad. En la política interior impulsó la lucha contra la corrupción política, instauró medidas liberalizadoras y tendió a la descentralización de la economía
La perestroika iba complementada por la glasnot, una política de apertura hacia los medios de comunicación, con transparencia informativa, permitiendo la libertad de expresión y de opinión, al contrario que en la etapa anterior, caracterizada por la ejecución de los contrarios al sistema.
Lo importante, sin embargo, estriba en que, en realidad,
En el origen de
Resulta obvio que el balance de la política exterior fue no sólo positivo sino brillante para Gorbachov. El optimismo generado por este resultado fue un factor que contribuye a explicar que, aunque ése no era su propósito original,
Hacia el final del mandato de Gorbachov, la perestroika empezó a recibir críticas tanto por los que pensaban que las reformas se aplicaban demasiado lentamente como por los comunistas que temían que éstas destruyeran el sistema socialista y llevaran a la decadencia del país. El 25 de diciembre de 1991, día en que Gorbachov renunció a su cargo. Yeltsin se convirtió en su sucesor, abandonando el comunismo y convirtiéndose en presidente de la recién fundada República rusa.
Podemos concluir que Gorbachov demostraba
LA GUERRA DE YOM KIPPUR
La lógica del conflicto iraquí, o las implicaciones de los restantes Estados árabes solo pueden entenderse en el marco de una continuidad que se remonta no solo a la anterior guerra del Golfo, sino que viene de más mucho más lejos.
Sucedió cuando, el 6 de octubre de
En la retaguardia judía reinaba el desconcierto y la posición llegó a ser tan crítica que a medida que la tripulación de los carros se iban completando marchaban directamente al frente (recordando, para el observador, la situación del frente de Moscú, en 1941, cuando las tropas que desfilaban en la ciudad iban directamente a combatir a los alemanes que ya habían llegado a la periferia).
De esta manera cuando el 9 de octubre quedaban sólo siete tanques de la 7ª en posición de combatir, una improvisada fuerza de trece carros lanzó un contraataque que desconcertó a las fuerzas sirias, completamente seguras en su marcha, y frenó en seco su avance. En momentos tan cruciales los judíos consiguen reunir fuerzas para completar dos divisiones de refuerzo; pero en vez de enviarlas a reforzar el frente, en una situación tan débil como la comentada, arriesgan un ataque por los dos flancos de las fuerzas sirias, aprovechando la concentración en forma de cuña de éstas. Las unidades sirias, frenadas en su avance y al sentirse en peligro de caer en una bolsa mortal se repliegan con velocidad dejando gran cantidad de material bélico sobre el campo de batalla.
Hasta el final de la contienda, en material, Egipto, Siria e Irak perdieron algo más de 1300 tanques, el Zahal perdió unos 840, aunque luego se recuperaron bastantes. Las fuerzas aéreas árabes habían perdido 368 aviones, dos tercios de ellos egipcios; Israel perdió 114. Según fuentes árabes las bajas fueron de 19.000 muertos y 51.000 heridos. Israel tuvo 7.500 bajas mortales, entre ellas 25 coroneles y 80 comandantes.
La guerra de Yom Kippur terminó con la victoria militar de los israelíes y la victoria política de Sadat, quién pudo demostrar a su pueblo que eran capaces de enfrentarse con los hebreos. El "Gran Cruce", así llamado por los egipcios, del Canal de Suez fue su gran baza psicológica y un gran recurso propagandístico muy utilizado posteriormente. El "contracruce" de Sharon en cambio, quedó silenciado como un episodio menor... aunque, sin embargo, fue el que determinó la intervención de
Dato curioso que podemos rescatar es que la guerra del Yom Kippur fue mucho más que un simple ataque de Siria y Egipto contra Israel. Fue sobre todo una excusa premeditada para justificar el legendario embargo petrolífero. Con lo que los agresores no contaron es que Israel no golpeó primero para obtener ventaja ante el inminente ataque de sus vecinos, como ocurrió en 1967, lo que les impidió vestirse de su disfraz preferido, el de víctimas. Fue una de las mayores estafas de la historia., desatando una agresión económica en toda regla a occidente, que condujo a años de zozobra financiera acompañada de las mayores tasas de desempleo conocidas.
LA GUERRA DE LOS SEIS DIAS
La guerra cambió dramáticamente el paisaje de Medio Oriente, de una forma que sólo se hizo evidente gradualmente. Primero, le dio un golpe fuerte, quizás mortal, al Arabismo: el sueño de un sólo Estado árabe unido, que se extendiera desde el Atlántico hasta el Golfo. Pero también fue un golpe para su paladín, el carismático presidente egipcio Gamal Abdel-Nasser. El Arabismo persistió como sentimiento, pero la guerra de junio lo redujo a su mínima expresión. Muchos consideran que la derrota de los árabes marcó el principio del "renacimiento islámico" en la región, con los islamistas tomando la bandera de las manos de quienes consideraban como nacionalistas árabes desacreditados.
Segundo, la guerra cambió la relación entre Israel y Estados Unidos. Con el presidente Dwight D. Eisenhower en los '50, las relaciones de los estadounidenses con el joven Estado judío habían sido más bien frías. Su principal proveedor de armas era Francia, no EE.UU. No obstante, tras la guerra de junio, con la decisión del presidente Lyndon B. Johnson de armar a los israelíes con aviones de combate F-4, la relación empezó a convertirse en la asociación estratégica que conocemos hoy en día.
Tercero, la guerra tornó a Israel en una fuerza de ocupación, que gobierna a más de un millón de palestinos. Con el tiempo, la opinión israelí se empezó a polarizar entre quienes pensaban que quedarse con los territorios era bueno o malo.
Quienes proponen la "profundidad estratégica" alegan que el Israel de antes de 1967 era más difícil de defender que un estado que tenía el Sinaí, Cisjordania y el Golán como espacio amortiguador. La facción pacifista israelí, en contraste, argumenta que la presencia militar en los territorios, que contienen una población Palestina furiosa y resentida, es tan corrosiva para los invasores como para los invadidos. Señalan que entregar territorios tras una negociación beneficiaba tanto a los israelíes como a los árabes.
Cuarto, la guerra cambió fundamentalmente la naturaleza del conflicto árabe israelí y el carácter de las negociaciones de paz en la región. Desde ese momento, la esencia de cualquier acuerdo pasaría por el intercambio de tierra por paz. Si Israel devolvía los territorios, los países árabes tendrían que aceptar vivir en paz con el Estado judío. Esa idea fue plasmada en la resolución 242 del Consejo de Seguridad de
40 años más tarde, Israel ha entregado dos de los territorios que conquistó en 1967: el desierto del Sinaí, que le devolvió a Egipto como parte de los acuerdos de Camp David de 1978; y
Finalmente podemos concluir que la guerra de los seis días de junio de
Invasión de Afganistan por URSS
Cuando en la víspera de las Navidades de 1979 las fuerzas soviéticas penetraron en Afganistán, los observadores internacionales se plantearon si ello se debía a un deseo consciente de violar las normas no escritas de la distensión o bien obedecía a razones circunstanciales y no destinadas a convertirse en perennes. Pero nada de lo sucedido se entiende sin tener en cuenta los antecedentes históricos.
Afganistán fue, desde el siglo XIX, un Estado dibujado en el plano como si fuera una realidad pero sin límites naturales claros y una especie de asociación de etnias de vida a menudo muy conflictiva sin que ninguna de ellas tuviera una mayoría o una fuerza suficiente para imponerse a las demás ni tampoco residiera tan sólo dentro de esos límites. Con quince millones de habitantes en 1979 y una altitud y clima que hacían muy difícil la agricultura, en realidad el pasado de Afganistán se explica por haber sido una especie de Estado-tapón -una Polonia de Oriente- durante todo el siglo XIX entre las dos influencias cruciales de la zona, la rusa y la inglesa. En 1919, tras la Revolución de octubre, la Unión Soviética fue el primer país en reconocer la independencia de Afganistán a quien incluso concedió una modesta ayuda económica. El puro realismo les hizo a los soviéticos considerar, sin embargo, que su influencia no debía pasar más adelante: Afganistán siguió siendo una Monarquía con alguna apariencia constitucional a medida que fue pasando el tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial la URSS y los Estados Unidos siguieron manteniendo a Afganistán como Estado-tapón pero la dependencia económica de la URSS se fue haciendo mayor cuando Pakistán cerró su frontera por la existencia de diferencias territoriales. De este modo, en los años setenta el 43% de las importaciones, casi todas las armas y el 60% de la ayuda exterior venía de la URSS. En este contexto no puede extrañar que surgiera un Partido Democrático Popular -PDP- que vino a ser el equivalente, aunque oculto, de un Partido Comunista. Estuvo, sin embargo, muy dividido en tendencias que, muy probablemente, no correspondían a ningún motivo ideológico sino a personalismos.
Después de una fuerte sequía a comienzos de los setenta que pudo haber provocado varios millares de muertos, en 1973 un golpe de Estado llevado a cabo por el primer ministro Daoud supuso la proclamación de la república. Autoritario y nacionalista, Dauod llegó al poder con apoyo soviético y de un sector del PDP pero pronto demostró una voluntad de independencia que le hizo inaceptable. En 1978 una revolución le desplazó y estableció un Gobierno revolucionario dirigido por Taraki, que inmediatamente puso en marcha una revolución. Ésta, sin embargo, muy pronto chocó con una sociedad tradicional en la que, por ejemplo, se consideraba inaceptable la alfabetización de las jóvenes. En 1979 el número de desertores de un Ejército de 100.000 hombres se elevaba ya a más de 40.000 y era necesario emplear la fuerza contra los montañeses del Norte con la ayuda de unidades aéreas soviéticas. Al mismo tiempo, los conflictos entre los dirigentes del partido fueron siempre muy duros y no menos sangrientos. En unos pocos meses Taraki había eliminado a cuatro ministros; en septiembre de 1979 fue ejecutado él mismo como consecuencia del golpe de Amin, su segundo. Todo esto sucedía en una situación en que se consideraba como un dato adquirido la vinculación de Afganistán con la URSS: ni siquiera el asesinato de un embajador norteamericano produjo una modificación de esta situación por intervención de este país. Esto es lo que explica la intervención soviética como también la inestabilidad política reinante: en un viaje reciente a Moscú los soviéticos recomendaron a Taraki librarse de Amin. Lo sucedido en Afganistán fue exactamente lo contrario. El temor a una situación parecida a la de Irán y el persistente deseo de lograr una absoluta seguridad en su glacis defensivo pudieron contribuir a que la intervención finalmente se llevara a cabo. Fue, por tanto, la incompetencia de sus propios colaboradores quien indujo a la URSS -principalmente al Ejército y la KGB- a la intervención.
Las propias tropas soviéticas atacaron el palacio presidencial de Amin y le ejecutaron; en sólo seis días 55.000 soldados habían hecho acto de presencia en el país islámico. La verdad es que todas las tendencias actuantes en la política afgana habían pretendido, en un momento u otro, que los soviéticos aparecieran en su país. Pero lo grotesco fue que en este caso se justificó la intervención soviética gracias a la petición de que se produjera el nombramiento de un Babrak Karmal, dirigente del PDP, que era un particular residente en el extranjero y que inmediatamente fue convertido en supremo dirigente del Estado afgano. Se entiende el nerviosismo de los soviéticos involucrados en un conflicto sin salida aparente. Pero, por más que Afganistán estuviera desde hacía tiempo bajo la influencia soviética, parece evidente que lo sucedido en esta ocasión suponía, desde la perspectiva norteamericana, la primera "satelización" de un Estado cercano mediante el empleo de la fuerza militar durante un período no bélico. Fue, además, la primera ocasión desde la Guerra Mundial en que la URSS actuó a través de su Ejército en una parte del mundo distinta de Europa del Este.
Parece evidente que los soviéticos en ningún caso meditaron lo suficiente el impacto que su intervención en Afganistán habría de tener en el panorama universal. La Asamblea de la ONU condenó a la URSS por 104 votos contra 18 y 18 abstenciones; sólo los países adscritos al área soviética la apoyaron y, al mismo tiempo, sólo 9 no alineados estuvieron en contra de la no resolución. Más grave para ella fue que los ministros de Asuntos Exteriores de los países islámicos, reunidos en la capital pakistaní, abominaron unánimemente de "la agresión contra el pueblo afgano" en un giro espectacular con respecto a lo sucedido durante la crisis de Suez en 1956. Castro, que apoyó a los soviéticos, no pudo volver a convertirse en el portaestandarte del no alineamiento. Pero, aparte de haber perdido su apoyo en estos países, la URSS había destruido también el crédito de confianza conseguido con las potencias occidentales. No es, por tanto, una casualidad que Carter dijera que en esta ocasión había aprendido mucho más sobre la Unión Soviética que en todos los años anteriores. Fuera por inseguridad o por imperialismo -o por una mezcla de ambos- la Unión Soviética había demostrado que su deseo de controlar su glacis defensivo la condenaba a operaciones que el adversario ideológico sólo podía interpretar como ofensivas. Las consecuencias fueron graves para los propios soviéticos. Un total de 55 países no asistieron a los Juegos Olímpicos de Moscú. La exportación de cereales norteamericanos fue suprimida y la de tecnología occidental se redujo en un 50%. Si la URSS por un momento pensó en que con el paso del tiempo se olvidara su invasión de Afganistán, muy pronto se probó que no iba a suceder así. Las condenas arreciaron con el paso del tiempo e incluso aliados de otro tiempo, como India, se mostraron ahora muy tibios.
Pero, además y sobre todo, la invasión no consiguió de ninguna manera estabilizar la política afgana. Babrak Karmal quiso hacer una política moderada pero era ya demasiado tarde y, además, la invasión soviética previa le quitaba la legitimidad. En el plazo de unos meses el Ejército afgano perdió dos tercios de sus efectivos por deserción y casi un tercio de la población total cruzó la frontera convirtiéndose en refugiada. La oposición, formada por grupos variados que iban desde el tradicionalismo al más exacerbado integrismo, pronto contó con ayuda china y norteamericana. Esta última llegó a ser muy sofisticada hasta el punto de contar con misiles Stinger capaces de derribar los helicópteros soviéticos.
Da la sensación de que los círculos dirigentes de la URSS se vieron invadidos por una súbita erupción de prudencia a partir del momento de la invasión. Ante una situación de insurrección del conjunto del país hubieran necesitado un millón de hombres para someterlo pero se limitaron a tener unos cien mil y controlar la capital y los puntos estratégicos más importantes, apenas un 15% del total. Quizá la clase dirigente soviética se dio cuenta de que se había llegado al máximo de expansión territorial y militar soportable para una sociedad y un Estado ya declinantes. En efecto, en este momento la URSS se encontraba ya en una situación de exceso de compromisos de cara al Tercer Mundo: Cuba les costaba 10 millones de dólares diarios y Vietnam tres. Además de no lograr solucionar el problema afgano -a pesar de que eran 280 millones de habitantes contra 15- muy pronto se encontró, en el otro extremo de su Imperio, con el problema de Polonia. Desde la conciencia de esta realidad no puede extrañar que la llegada de una nueva generación dirigente de la URSS en 1985 impusiera una rectificación.
Pero las consecuencias para la propia Unión Soviética y más aún para Afganistán fueron graves y duraderas. Murieron en la guerra afgana unos 13.300 soldados soviéticos, cifra muy inferior a la de muertos norteamericanos en Vietnam pero equivalente si tenemos en cuenta el número de tropas empleadas en cada uno de los dos casos. Primera derrota soviética desde 1945, la Guerra de Afganistán creó una conciencia autocrítica que influyó mucho tanto en los dirigentes militares como en los propios soldados. Pero fue lo sucedido en el país invadido donde la guerra pudo costar 725.000 vidas, cifra cuya importancia se aprecia comparándola con la población total. El régimen de Babrak Karmal pudo sobrevivir en las ciudades, pero sólo algún tiempo, y luego se impuso un integrismo que perduró hasta la ocupación de Estados Unidos y otros aliados, en 2001, que acabó con el régimen taliban. En mayor grado aún que en Líbano también en Afganistán una intervención exterior liquidó el limitado equilibrio existente en una sociedad tradicional.
Video sobre el tema: http://www.youtube.com/watch?v=WIE-5mXYRCU